Con un claro enfoque orientado a brindar un servicio de excelencia, en 1995 se funda Óptica Tabancura. Precursora en adaptación de lentes de contacto en Chile desde inicios de la década de los `90 y parte de una familia con una importante tradición profesional ligada a la salud visual, Mónica Ham lidera hoy una empresa que ha crecido sosteniblemente durante sus más de 30 años de trayectoria.
El brazo debe tener la medida adecuada para no presionar la cara del niño. Si es muy largo, la montura se deslizará sobre la nariz y si es muy corto, el frontal se pegará a las pestañas y el lente se podría empañar.
La curvatura del brazo debe empezar en el punto de apoyo de la oreja del niño y su curvatura no debe ser nunca de 90 grados. Esta debe seguir la curvatura de la oreja sin deformarla.
Los niños siempre están en movimiento (juegan, saltan, hacen deporte), por esta razón es necesario usar una faja elástica para mantener la montura bien centrada al frente de los ojos del niño, de tal forma que la corrección óptica sea siempre la adecuada y le proporcione comodidad durante sus actividades diarias.
Finalmente, una montura debe ser ante todo funcional, es decir, el uso de una corrección óptica no debe ser un obstáculo para las actividades diarias del niño, inclusive cuando hace deporte.
Por otro lado, también es muy importante que la montura seleccionada le guste al pequeño paciente. Por esto es recomendable hacerlo participar en la elección de su armazón, siempre bajo la supervisión de un profesional. Un niño que se siente bien y a gusto con su montura es un niño feliz y seguramente usará de manera permanente y adecuada su corrección óptica. Recordemos que los lentes ópticos no sirven únicamente para “CORREGIR” un defecto visual, sino que permiten al niño obtener la visión necesaria para un correcto “DESARROLLO” de su agudeza visual y para efectuar todas sus actividades diarias sin inconvenientes.